Pasos a seguir para usar una báscula industrial
Hoy día la mayoría de las industrias emplean algún tipo de báscula industrial para medir el peso de sus productos o de sus componentes en las distintas fases del proceso de producción, y también para facilitar su control y clasificación. Sin embargo, para que los resultados de estas básculas sean óptimos es necesario saber cómo utilizarlas. A continuación te explicamos cómo debe llevarse a cabo su manejo para que no tengas dudas.
¿Cómo se utiliza una báscula industrial?
Lo primero que debes saber es que en el mercado existe una gran variedad de básculas industriales dependiendo del tipo de producto o materia que desees pesar. Sin embargo el componente principal de todas ellas es el mismo: el receptor de carga. Esta parte es la superficie donde se apoya el material que necesitas pesar para que la báscula pueda efectuar el cálculo del peso.
Por lo tanto, para utilizar correctamente las básculas industriales, ya sean de sobremesa, cintas integradoras, cuentapiezas… lo que debes hacer es seguir estos pasos:
- Apoyar la báscula en una superficie plana para que el peso se distribuya de forma uniforme y sin desviaciones sobre el receptor de carga.
- Calibrar la báscula, es decir, asegurarte de que la báscula mide bien los pesos conforme a un peso de referencia. A pesar de que no es obligatorio realizar un calibrado de tus básculas industriales, es muy recomendable que lo hagas al menos la primera vez que vayas a utilizarlas y al menos una vez al año para asegurarte de que tus básculas miden los pesos con precisión.
- Encender la báscula desde la pantalla.
- A continuación, para pesar objetos en balanzas industriales no automáticas deberás apoyar el producto que deseas pesar sobre el receptor de carga. La pantalla mostrará el resultado del pesaje, y tú podrás manejarla para aprovechar todas las opciones que te ofrezca la báscula.
- En el caso de las balanzas industriales automáticas solo tendrás que escoger la opción que desees poner en marcha desde la pantalla para que estas comiencen a funcionar.
Por otra parte es necesario que mantengas tus básculas en buen estado, es decir, que evites que reciban golpes, que les caiga encima agua u otros líquidos, que les entre polvo o aceite, que no sufran variaciones acusadas en la temperatura o la humedad… De este modo podrás alargar su vida útil y reducir las averías.
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